Asesoria Legal para el Emprendedor: ¿Cuando es necesaria?

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Cuando se trata de emprender, y la asesoría legal que se requiere, hay dos premisas –en parte contradictorias– de las que debemos partir:

Premisa 1: Siempre es más valiosa (pero sobre todo menos costosa) la asesoría legal preventiva, que la asesoría legal correctiva.

Premisa 2: Para el emprendedor, contratar los servicios de un abogado pudiera resultar oneroso y de cierta forma, obstaculizar el crecimiento de la empresa.

¿Cómo podemos conciliar esta problemática?

Ciertamente no querrás que tu empresa firme contratos sin el visto bueno de un abogado pero tampoco sería costo-eficiente contratarlos para que prácticamente se conviertan en tu departamento de cobranzas.

Veamos algunos escenarios con los que tú como emprendedor puedas identificarte y así decidir si es o no necesaria la asesoría de un abogado.

Constituir una empresa

Para constituir una sociedad es imprescindible que lo haga un Notario Público, quien teóricamente, es un experto capaz de construir unos estatutos sociales que se ajusten a la necesidad de tu nueva empresa.

La realidad es que por lo general (con sus excepciones) en una Notaría Pública van a estar preparados para (1) guiarte en relación a cuál es el tipo societario que más se ajusta a tu modelo empresarial y (2) constituir una sociedad con estatutos sociales “estándar”.

Cuándo sí necesitas a un abogado

Requieres de abogados cuando los estatutos sociales conllevan un nivel de complejidad más avanzado.

Por ejemplo:

  1. Cuando por la naturaleza de la participación de ciertos accionistas en la empresa hay necesidad de que existan distintos tipos de acciones con derechos desiguales,
  2. Cuando, habiendo una comunidad importante de accionistas, haya necesidad de limitar responsabilidades a los administradores,
  3. Cuando la empresa se pretende utilizar para un objeto específico con regulación especial, como es el caso de una entidad financiera,
  4. Cuando la empresa se crea como parte de una transacción (reestructuración, compraventa de acciones, escisión, etc.).

Por lo general, una empresa de nueva creación que no verá inversión privada de terceros en su capital social, no ocupa más que una Sociedad Anónima “estándar”.

Registrar tu marca en el IMPI

Registrar una marca en México es relativamente simple pero existen una serie de pasos y reglas que se deben seguir para registrar una marca correctamente. Una visita a la oficina regional del Instituto Mexicano de Propiedad Industrial más cercana a tu domicilio pudiera resolver tus dudas.

Alternativamente, puedes encontrar información muy valiosa en internet para guiarte en el proceso sin que tengas que gastar, tal y como sucede con este artículo (http://www.eljuridico.com/pasos-para-registrar-una-marca/).

Cuándo sí necesitas a un abogado

En caso de que por cualquier razón el IMPI rechace el registro de la marca y pretendas combatir esa decisión, sin duda requieres de abogados que gestionen el procedimiento adecuado.

Asimismo, otros trámites que pudieran resultar más complicados y por lo tanto la necesidad de la participación de abogados, es el otorgamiento de licencia para el uso de marcas, la transmisión de derechos, el registro de una patente y su licencia, etc.

Celebrar un contrato de arrendamiento

Lo ideal es contar siempre con asesoría legal al firmar un contrato y el contrato de arrendamiento no es la excepción. 

No es raro que los dueños de locales se excedan con penas convencionales, plazos imposibles de cumplir y otras obligaciones a cargo del arrendatario, que no deben ser subestimadas.

No obstante, es posible que puedas disminuir el costo de un abogado en el proceso pero … ¿Cómo?

Utilizando un formato de contrato de arrendamiento confiable y acordando los términos más importantes con la otra parte sobre el arrendamiento, sin la intervención de abogados en la negociación.

De esta forma, la asesoría legal se limitaría únicamente a revisar detalles más finos del contrato y a detectar cualquier bandera roja en sus cláusulas.

Operaciones diarias con clientes

Por lo general, esta disyuntiva se resuelve en la medida que exista riesgo en la forma de operar de la empresa.

Veamos algunos ejemplos.

Si tu negocio es vender como minorista, difícilmente vas a requerir del apoyo legal, particularmente cuando los clientes pagan al momento de comprar el producto.

En cambio, tu riesgo es mayor – y requieres por consecuencia a un abogado – si…

Eres un proveedor que vende a crédito, ya que es necesario implementes una estrategia legal para evitar (1) que sea deficiente la documentación que avala la operación a crédito, y (2) que la cobranza al cliente sea ineficiente.

Otro caso podría ser aquel en que te dediques al sector inmobiliario y tengas que celebrar un contrato de obra con un contratista. El riesgo se maximiza pues no sólo el trabajo del contratista será importante para que el proyecto salga adelante, sino que sus derechos y obligaciones en el contrato de obra regularán todo lo que haga.

Además, hay probabilidad de que existan discrepancias sobre el estado de los trabajos al finalizar el contrato y lo que el desarrollador tenía en mente. Es por lo tanto indispensable que intervenga un abogado en la elaboración de ese contrato.

Contratar un empleado … o liquidarlo

Si, sabemos que este punto suele ser un dolor de cabeza ya el área de recursos humanos es difícil de administrar: como en todo, hay buenos empleados y hay otros que un día desaparecerán y escucharás de ellos a través de un citatorio de la Junta de Conciliación y Arbitraje.

Aquí, la asesoría legal es clave.

Si bien no vas a tener a un abogado cada vez que contrates a un trabajador, cuando menos es necesaria la asesoría preventiva: contar con un contrato de trabajo fijo, elaborar un reglamento de trabajo, educarte en las mejores prácticas para guardar el expediente de cada empleado y las medidas a tomar si se requiere despedir a alguien.

Invariablemente, ante cualquier demanda laboral, es necesario buscar la asesoría legal.

¿Veredicto?

Contar con asesoría legal, evidentemente siempre será una excelente inversión.

Una y otra vez empresas exitosas han perdido millones de pesos en litigios por descuidos en temas jurídicos.

Sin embargo y como lo vimos en líneas anteriores, es posible que en casos específicos el emprendedor, sin la ayuda de abogados, adopte un papel proactivo en la estrategia legal, siempre y cuando se encuentre bien informado y lo haga con prudencia.

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